Este relato pertenece a la antología “MMXVIII. Leyendas olvidadas”. Actualmente está inscrita en KDP Select de Amazon, y gracias a ello todos los usuarios de Kindle Unlimited pueden leerla de forma gratuita. Esto implica exclusividad, y no está permitido que la obra se distribuya en otro formato digital que no sea Amazon, por eso, en estos momentos no se puede leer desde mi blog.
Disculpad las molestias.
Más información: Mis obras.
Si queréis leer la historia, os dejo el enlace: “MMXVIII. Leyendas olvidadas”.
Para adquirirlo si resides fuera de España el enlace es otro: pincha aquí.
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"Dicen que no hay nada mejor para evadirse de la realidad como sumergirse en un libro que le permita a nuestra imaginación echar a volar.
Esta recopilación de relatos está repleta de historias emocionantes, un sinfín de mundos, tanto ficticios como reales, y unos personajes que tendrán que darlo todo para conseguir sus objetivos. Un niño obsesionado con un poeta, una pelea a muerte contra un dragón, una catástrofe navideña, un gladiador que ansía la libertad, un par de locos con ideas surrealistas... Algunos alcanzarán sus metas; otros, por el contrario, se quedarán en el camino; pero todos y cada uno de ellos tienen una historia que contar y algo que enseñarnos.
¿Te atreves a conocerlos?"
Este relato lo escribí gracias a la inspiración de una foto que hizo mi amiga Belén. Me gustó desde el momento en el que la vi y me inspiró de inmediato.
Tiene un halo de nostalgia, de soledad y tranquilidad. De una vida entera ya vivida, de final, pero aun así no es triste, sino que ese final es un paso más a dar en el camino. Algo inevitable pero que no tiene porqué ser amargo o doloroso. También puede ser un reencuentro.
Es curioso, pues yo odio a las arañas, de hecho les tengo alergia, pero la de esta foto me inspiró un sentimiento positivo.
Quiero darle las gracias a Belén por haberme permitido descubrir la casa de este anciano señor, y porque hayamos podido ser testigos de sus últimos momentos, que aunque nostálgicos, han sido también felices.
Espero que te haya gustado.
¿Y a ti? ¿Qué te pareció el relato? ¿Qué te habría inspirado esta foto?
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Si quieres leer más textos originales escritos por la autora de este blog, en este enlace los puedes encontrar todos.
¡Un saludo!
Me has transportado a la mirada lánguida pero con toda una vida vivida de ese anciano que describes.
ResponderEliminar¡Hola! Me alegro de haberlo conseguido. Cuando escribo este tipo de sentimientos nunca sé si tan solo son palabras escritas sin ninguna emoción, o si consigo transmitir con ellas la imagen que tengo en mi cabeza.
EliminarMe alegro de que a ti te haya llegado.
¡Un saludo!
Gracias por un microrelato tan hermoso! Me has hecho recordar a mis abuelos. La muerte no debería vivirse como un acontecimiento doloroso y triste, porque como tú bien dices, no deja de ser un reencuentro con tu esencia primigenia más pura. Hay que celebrar la muerte recordando la vida tan maravillosa que vivió y compartió el difunto. Los recuerdos mantienen vivos a los que ya no están físicamente porque el corazón les concede memoria y presencia. No tengas miedo de las arañas. Son animales protectores muy poderosos. Son símbolos de poder y misterioss. Nos recierdan que debemos e tejer de nuestro destino con sumo cuidado, porque nuestras elecciones determinan, construyen y tejen nuestras vidas. Este anciano nonagenario, tejió la suya con amor y delicadeza. Se merecía cerrar los ojos a la oscuridad en compañía de esta enorme araña de gigantescas patas porque Vivió la vida con consciencia y la edificó desde el amor. ¡ Enhorabuena!
ResponderEliminarBuenas, Sole.
EliminarMuchas gracias a ti por leer el relato y por tus bellas palabras.
No creo que pueda cambiar mi visión sobre las arañas, lleva ya demasiado tiempo dentro de mí.
Me alegro de que te haya gustado.
¡Un saludo!
Buen relato. Aceptar lo inevitable con total naturalidad. Fácil de decir pero complicado cuando llega el momento .
ResponderEliminar¡Hola! Me alegro de que te haya gustado. Un saludo.
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