Este relato pertenece a la antología “MMXVIII. Leyendas olvidadas”. Actualmente está inscrita en KDP Select de Amazon, y gracias a ello todos los usuarios de Kindle Unlimited pueden leerla de forma gratuita. Esto implica exclusividad, y no está permitido que la obra se distribuya en otro formato digital que no sea Amazon, por eso, en estos momentos no se puede leer desde mi blog.
Disculpad las molestias.
Más información: Mis obras.
Si queréis leer la historia, os dejo el enlace: “MMXVIII. Leyendas olvidadas”.
Para adquirirlo si resides fuera de España el enlace es otro: pincha aquí.
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"Dicen que no hay nada mejor para evadirse de la realidad como sumergirse en un libro que le permita a nuestra imaginación echar a volar.
Esta recopilación de relatos está repleta de historias emocionantes, un sinfín de mundos, tanto ficticios como reales, y unos personajes que tendrán que darlo todo para conseguir sus objetivos. Un niño obsesionado con un poeta, una pelea a muerte contra un dragón, una catástrofe navideña, un gladiador que ansía la libertad, un par de locos con ideas surrealistas... Algunos alcanzarán sus metas; otros, por el contrario, se quedarán en el camino; pero todos y cada uno de ellos tienen una historia que contar y algo que enseñarnos.
¿Te atreves a conocerlos?"
La inspiración de este relato la tomé del libro "642 cosas sobre las que escribir", tan solo había una premisa: Una enfermera que odia a su paciente.
Siempre he pensado que hay dos profesiones con los que uno no debe meterse o hacerlos enfadar: camareros, cocineros, o cualquier persona que vaya a manejar tu comida; y el personal sanitario, enfermeras, fisioterapeutas, médicos... Dejas mucho en sus manos.
La idea de este relato la tenía muy clara: una enfermera que odia a su paciente y acaba tomando una decisión extrema, que luego se arrepienta o no ya os otra cosa.
Siempre que trato temas de salud recurro una fuente inagotable de información que me resuelve todas mis dudas, mi mejor amiga: Violeta, sin la que muchos de los relatos que he escrito no habría existido. Así que, ¡gracias por tus ideas y paciencia al resolver mis interminables dudas! Espero que nunca te veas en la situación de la pobre Lola.
El tema de tomarse la justicia por nuestra mano siempre ha sido algo que me ha interesado. Si este hombre se cayese por las escaleras y se rompiese el cuello, nadie lloraría su muerte, nadie se entristecería. Sin embargo, muchos se opondría a matarlo. Es asesinato, y nadie tiene derecho a quitarla la vida a otra persona, por muy mala que sea, ¿no? Por mucha gente que haya asesinado. Por más sufrimiento que haya causado. Por más que no se arrepienta y se vanaglorie de sus actos. No estaría bien matarlo, no sería ético...
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¡Un saludo!
¡Me ha encantado! Muy bien conseguido el ambiente, y creo que logras que el lector odie también a ese hombre y se perciba lo despreciable que puede resultar y lo frustrante de tener que atenderle.
ResponderEliminarCreo que tus relatos tienen cada vez más calidad. Enhorabuena por tu trabajo.
Y gracias a ti por contar conmigo, ya sabes que es un placer resolver tus dudas (aunque soy un poco tardona a veces jajaja).
Me alegra que te haya gustado. Siempre es complicado describir situaciones que no he vivido. Me puedo hacer una idea aproximada de lo que es tener que tratar con un paciente odioso, pero por suerte, nunca tan mala gente.
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