Título: El señor de las moscas.
Autor: William Golding.
Año de primera publicación: 1954.
Editorial: Círculo de Lectores.
Un grupo de chicos de no más de trece años se encuentran en una isla desierta donde hay comida de sobra, y no existen depredadores. Tienen un plan: hacer una hoguera y esperar a que les rescaten. En un principio parece que todo va a salir bien, no hay nada por lo que preocuparse. Pero las cosas empiezan a torcerse cada vez un poco más, un poco más, hasta que…
Sinopsis:
Esta impresionante novela nos cuenta la aventura de un grupo de niños que, de pronto, se encuentran en una isla desierta. El avión que los evacuaba, para ponerlos a salvo de una guerra nuclear, se ha estrellado en la selva de un trozo de tierra perdido en el mar. Los más pequeños tienen seis años, los mayores, trece. Ante ellos se extiende la oportunidad de vivir una experiencia estupenda. Porque en la isla hay de todo, menos fieras y peligros. Disponen de frutas y alimentos de sobra, materiales para construir alojamientos, clima agradable, un escenario precioso…
Lo único que tienen que hacer es divertirse, mientras esperan a que vayan a rescatarlos. Más que una aventura, aquello es un juego. Pero los chicos, que parecen educados en buenos colegios británicos, tienen la malhadada ocurrencia de organizarse en una sociedad a imagen y semejanza de la de las personas mayores, esos seres que siempre saben lo que debe hacerse.
A partir de ahí, las cosas empiezan a torcerse. La envidia asesina a la solidaridad, el afán de protagonismo desemboca en ambición de poder, la superstición y el miedo generan agresividad. Y lo que podía ser un juego se convierte en una guerra sin cuartel.
Poco a poco el paraíso se transforma en infierno, a medida que los chicos degeneran, lanzados con entusiasmo hacia la crueldad y la barbarie.
Atención spoilers:
Esta es la segunda vez que leo este libro. La primera lo hice hace mucho tiempo, cuando tenía unos quince años, y recuerdo que me dejó un regusto amargo. Me pareció un libro brutal y despiadado. No me acordaba del argumento ni de lo que pasaba. En mi memoria tan solo quedó grabado una cabeza de cerdo sangrienta pinchada en un palo.
Y ahora que he vuelto a leerlo, puedo entender perfectamente que mi yo adolescente se quedase con un recuerdo tan macabro del libro. Es una novela bastante fuerte, y, por desgracia, la historia que nos cuenta, bien podría haber sucedido, y no solo con niños.
Al principio todo parece sencillo, pero los errores ocurren, y luego, con que alguien prenda una pequeña mecha, el miedo y el caos se hacen dueños de todo hasta descontrolarse por completo.
Me pareció un libro interesante, fácil de leer y que engancha desde el principio. El hecho de que uno de los protagonistas siempre insista en que hay que mantener la hoguera encendida para que los rescate, crea esperanzas en el lector, y uno no puede evitar preguntarse si vendrán a por ellos, si les llegarán a salvar, y si para cuando lo hagan, ya no será demasiado tarde.
Una lectura interesante y que recomiendo.
8/10.
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¡Un saludo!
¡Pufffffff! En este sí que no coincidimos. Lo tuve que leer en mi etapa de estudiante de BUP para filosofía, y me costó horrores acabarlo. Supongo que por aquella época era tremendamente sensible. Me chocó eso sí, descubrir que amigas a las que yo consideraba mucho más influenciables y sensibles que yo, les entusiasmase. Yo, ya digo que no puedo decir lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buenas, Rebeca.
EliminarLa verdad es que es un libro duro. Cuando lo leí por primera vez me impactó muchísimo, pero las dos veces me gustó, aunque entiendo perfectamente que haya gente a la que le cueste leerlo.
Un saludo.