Sombras sobre Berlín. Volker Kutscher. Reseña



Título: Sombras sobre Berlín.
Título original: Der nasse Fisch.
Autor: Volker Kutscher.
Género: Novela policiaca, negra.
Año de publicación: 2010.
Puntuación: 8 sobre 10.


La vida del comisario Gereon Rath da un giro cuando un aciago incidente mancha su reputación y se ve obligado a mudarse de Colonia a Berlín. En su ciudad natal trabajaba en la prestigiosa policía criminal, pero en esta ocasión es asignado al departamento de Costumbres, delitos sexuales, lo que, en principio, significa un trabajo alejado de las armas, los asesinatos y con una peligrosidad mucho más reducida. Sin embargo, una serie de circunstancias lo ponen en la pista de un ciudadano ruso desaparecido.

Sus indagaciones le hacen cruzarse con las mayores mafias de la ciudad, un movimiento comunista que se opone a la figura de Stalin, el emergente partido Nazi y una enorme cantidad de oro perteneciente a una noble familia rusa que llegará a Berlín de contrabando.

Asesinatos, desapariciones, drogas, clubs nocturnos y traiciones. Policía corrupta, comunistas y un Berlín con los ánimos agitados.


La ambientación de la novela fue una de las cosas que más me enganchó. Desde el principio fui capaz de visualizar ese Berlín de finales de los años 20, se nota que el autor es un experto en esta época, pues consigue retratar muy bien los lugares, las circunstancias que rodean a los personajes y todo el contexto histórico en el que transcurre la historia.

La trama también me pareció que está bien llevada. Hay tantos cabos sueltos, tantas incógnitas por desentrañar, que uno no puede parar de leer. Y aunque los personajes están bien retratados, no llegué a identificarme o encariñarme con ninguno de ellos. Quitando al protagonista, Gereon Rath, nos dan muy pocas pinceladas de los sentimientos o lo que piensan el resto de personajes. Los conocemos, sabemos sus nombres y lo que dejan que el resto vea de ellos, pero siempre hay una barrera invisible que es imposible de romper. Ese es el gran problema de las novelas escritas en primera persona, como lo es esta. Los verdaderos sentimientos, razones y opiniones de los personajes que rodean al protagonista nos son ocultados en todo momento, y eso dificulta crear ese vínculo que nos hace tomarle cariño a alguien.

Quitando ese inconveniente de la primera persona, pero que por otro lado nos hace sentirnos muy involucrados en todos los casos que Gereon Rath investiga, el final de la novela me pareció demasiado rápido y confuso. No me llegué a enterar del todo de cómo llegamos hasta allí y me quedaron algunas dudas sobre la resolución de algunos de los incidentes.



Esta novela es la primera de una serie:

Der nasse Fisch (2007) Sombras sobre Berlín publicada en España en el 2010.
Der stumme Tod (2009) Muerte en Berlín publicada en España en 2011.
Goldstein (2010) Un gánster en Berlín publicada en España en el 2015.
Die Akte Vaterland (2012) El Expediente Vaterland publicada en España en 2019.
Märzgefallene (2014).
Lunapark (2016).
Marlow (2018).
Olympia (2020).
Transatlantik (2022).

Tiene una adaptación a la pequeña pantalla llamada Babylon Berlín. Aunque más bien diría que es una historia basada en estas novelas. El punto de partida es el mismo, pero la trama se desarrolla de una manera muy diferente. Los personajes cambian muchísimo, incluso las relaciones entre ellos difieren enormemente de los libros a la serie.


Hay algunas cosas que me gustaron más en la novela y otras que me parecieron mejor desarrolladas en la serie. Por ejemplo, en la adaptación no se centran solo en Gereon Rath, sino en más personajes, y ahí sí que se nos muestran sus vidas y las circunstancias que los rodean. Aunque no sé si eso que narran en la serie pasa en algún otro libro, que aún no he leído, pues prácticamente nada de lo que sale en la adaptación aparece en la novela, algunas cosas incluso están cambiadas.


En resumen, una novela policiaca bien llevada, aunque con un final un tanto confuso. Si os gustan este tipo de libros la recomiendo bastante.

*

Seguro que también te interesa:
El perfume La verdad sobre el caso Harry Quebert León Bocanegra Los renglones torcidos de Dios La ciudad del rey

Si quieres leer más reseñas y críticas de los libros que he ido leyendo, las tienes todas recopiladas en este enlace: Reseñas.

¡Un saludo!



Los renglones torcidos de Dios. Torcuato Luca de Tena. Reseña



Título: Los renglones torcidos de Dios.
Autor: Torcuato Luca de Tena.
Año de publicación: 1979.
Género: Narrativa contemporánea, policiaco, psiquiatría.
Puntuación: 9,5 sobre 10.


La historia se centra en Alice Gould, una detective privada que ingresa voluntariamente en un hospital psiquiátrico para investigar un supuesto asesinato. Sin embargo, a medida que avanza la trama, la línea entre la realidad y la locura se vuelve cada vez más borrosa, y tanto Alice como el lector comienzan a cuestionar la cordura de la protagonista.

La novela explora temas profundos relacionados con la naturaleza de la locura, el funcionamiento interno de los hospitales psiquiátricos y la fragilidad de la mente. Es una obra que combina el suspense con una reflexión sobre la condición humana.



Este fue uno de esos libros que empecé por su sinopsis. Había escuchado hablar de él, pero no sabía de qué trataba, de hecho, el título me echaba un poco para tras; sin embargo, solo con leer el argumento ya me enganché. Me llamó mucho la atención, pues la premisa me parecía sumamente interesante y, la verdad, es que no me decepcionó.

Algunos dicen que es un libro denso, difícil de leer y demasiado técnico, en especial al principio. En cambio, a mí me resultó adictivo y lo terminé en pocos días.

Alice me pareció un muy buen personaje y su evolución a lo largo de la novela es lo que más me hizo pensar. ¿Estará loca, no lo estará? ¿Es una trampa? ¡¿Quién tiene la razón?! Esa intriga me mantuvo expectante durante todas las páginas y, para mí, el final se queda abierto. Muchos creen que el final lo deja claro. No, no está loca, pero yo no estoy tan segura.

Aun así, me dejó un regusto muy bueno. De hecho, ha pasado a ser uno de mis libros favoritos y de los que más recomiendo.

*


¡Un saludo!



Rojo, blanco y sangre azul. Casey McQuiston. Reseña



Título: Rojo, blanco y sangre azul.
Título original: Red, white and royal blue.
Autor: Casey McQuiston.
Año de publicación: 2019.
Género: Romance, LGBT, “New adult”.
Puntuación: 6 sobre 10.


Alex Clarademont-Díaz, el hijo millennial de la presidenta de los Estados Unidos, es un tesoro para el marketing de la Casa Blanca: atractivo, carismático e inteligente. Lo que nadie sabe es que no soporta al príncipe Henry, el hijo de la reina de Inglaterra. Así que, cuando la prensa sensacionalista se hace con una fotografía que refleja un altercado entre Alex y Henry, las relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido se enfrían.

Ambos países trazan un plan para paliar los daños. Lo que empieza como una falsa amistad, publicada en Instagram, se va transformando en algo más profundo de lo que Alex y Henry podrían haber imaginado.



El libro empieza muy bien. La relación que se crea entre los dos protagonistas hace que uno se enganche a la lectura; sabes que van a acabar juntos, de eso trata la historia, y sientes curiosidad por ver cómo ocurre, qué es lo que cambia para que al final surja esa historia de amor que nos prometen.

Los personajes están bien construidos y los obstáculos a los que se enfrentan son lo bastante interesantes como para que supongan un verdadero problema. Sin embargo, ha habido un par de cosas que no me han terminado de convencer. Es una historia un tanto cliché, no hay ninguna sorpresa y uno se puede imaginar con bastante precisión qué es lo que va a ir ocurriendo. Eso le quita toda la intriga a la trama. Además, gira bastante alrededor de la llamada Primera Familia de Estados Unidos, algo que me es completamente desconocido, y creo que por eso no he llegado a identificarme con los personajes. También tiene un buen tinte político de Estados Unidos, y, de nuevo, es un tema que me es ajeno y con el que no he conseguido empatizar.

En general me ha gustado, en especial el principio, pero, no sé, creo que me esperaba otra cosa.


¡Un saludo!



Heartstopper. Alice Oseman. Reseña


Título: Heartstopper.
Autor: Alice Oseman.
Año de publicación: 2016.
Género: Literatura juvenil, cómic, romántica, LGTB.
Puntuación: 7,5 sobre 10.

Charlie es un adolescente como cualquier otro que asiste a un colegio de puros hombres. Siendo abiertamente gay, no ha sido una experiencia libre de conflictos. No obstante, cuando conoce a Nick, el jugador de rugby estrella de su colegio, las cosas empiezan a cambiar. Entablan una amistad dulce e inocente que va evolucionando hasta que los sentimientos entre ambos se vuelven evidentes. Con el apoyo de sus amigxs, Charlie tratará de navegar esta nueva y confusa relación mientras Nick emprende un viaje para encontrarse a sí mismo.


Me ha gustado mucho la gran cantidad de personajes diferentes que hay, saliéndose de lo típico chico-chica, chico-chico. Hay una gran representación de las diferentes identidades de género.

Los personajes están bien construidos y la historia engancha. A pesar de no ser nada nuevo, y ver venir lo que irá ocurriendo, se lee con ganas.

 

Lo único que no me ha gustado es que algunas veces parece un libro de autoayuda. Me ha dado la sensación de que querían meter ciertos mensajes en el lector y dar lecciones de una manera demasiado directa. Buenas lecciones, como buscar ayuda cuando uno la necesita, o que, algunas veces, por nosotros mismos no podemos ayudar a un tercero. La idea está bien, pero me habría gustado que no fuese tan obvio.

Por lo demás, ninguna pega. Un libro, bueno, cómics, muy recomendado.


Microrrelatos de cuarentena VII. Roca


Las olas arreciaban con fuerza amenazando al barco. Había estado varias veces a punto de zozobrar, y el agua se movía con furia, alentada por el gigantesco ser que trataba sin éxito de hacerse con el navío.

Gritos, gruñidos y zarpazos.

De pronto, la corriente lo alejó de la criatura. Todo quedó en calma cuando el agua se fue por el desagüe y la madre se llevó al bebé.


*

Las tres palabras que tenía este relato como premisa eran: Inocente, trampa y botella.
Imagino que haber sido madre poco antes de escribirlo me inspiró bastante. Esta es una de esas historias con una conexión extraña de ideas que se juntaron con otra premisa mía: quería que tuviera un giro narrativo inesperado.
Así que: inocente, bebé; trampa, la bañera y botella, por los barcos que están metidos en la botella.

La verdad es que es uno de los microrrelatos que más me gustan. No sé si el final es previsible, pero a mí me encanta.

Espero que os haya gustado.

*

Seguro que también te interesa:


La maldad del más pequeño

Mercedes
Ojalá te conviertas
en piedra
Si quieres leer más textos originales escritos por la autora de este blog, puedes encontrarlos todos en este enlace: Relatos

¡Un saludo!



 

Nuestro último verano. Sebastián García Mouret. Reseña



Título: Nuestro último verano.
Autor: Sebastián García Mouret.
Género: Literatura juvenil, romance.
Año de publicación: 2020.
Mi puntuación: 8 sobre 10.


El verano antes de la universidad puede romper la amistad de un grupo de chicos que llevan juntos desde la guardería. El curso que viene tendrán que separarse, y ese será, con toda probabilidad, el último verano que pasen juntos. Así que deciden aprovechar los meses que les quedan para pasarlos en un camping cerca de la playa y disfrutar de esa amistad que no saben cómo acabará.

Debido al trabajo de su padre, Susana nunca ha tenido muchos amigos. Las mudanzas continuas de su familia, y el atosigamiento paterno porque elija una carrera la tienen harta.

Ese verano, con el fin de desconectar, sus padres deciden pasar el verano en un camping junto a la playa. Para Susana no puede haber mayor pesadilla que pasar dos meses encerrada en un bungaló con su familia, así que invita a la única amiga que tiene, Hannah, a pasar el verano con ellos. Al menos con ella el tormento será más llevadero.

Lo que al principio parecía un verano de horror, acaba convirtiéndose en unos meses que jamás olvidará.

¡Bienvenidos al camping de Loli!




Sabía de antemano que esta novela es literatura juvenil, por lo que mis pretensiones sobre lo que iba a leer estaban claras. No es un libro con unas tramas enrevesadas ni giros narrativos sorprendentes, pero tampoco es lo que se espera de ella. Es una novela adolescente, con los problemas e inseguridades de esa edad, plasmados desde un punto de vista maduro, sin caer en las chiquilladas.

Los personajes están muy bien estructurados, no siguen el estereotipo de siempre: chico heterosexual se enamora de chica heterosexual, y de ahí no salgas. Están muy bien trabajados y definidos; pude conectar con todos ellos de manera fácil. Aunque la trama en la que se desarrollan es sencilla, al final de la novela han cambiado. A lo largo de las páginas somos testigos de su evolución, y cuando esta acaba, los personajes que nos quedan no son los mismos que con los que empezamos.

Como pega, es un poco predecible. No hay ninguna sorpresa que no nos hayamos visto venir, pero a pesar de eso, a mí me enganchó desde el principio. Está bien escrita y se lee con facilidad. Es una novela amena y entretenida para un día de verano.

Promesas de guerra

 



Siento cómo la bala se introduce en mi interior, me atraviesa la piel, desgarra los músculos y se hace un hueco en mi estómago. Escupo sangre y caigo al suelo. Mis dos hijos yacen delante de mí, inertes y con los ojos cerrados. Es el final, lo sé. Sin embargo, estoy tranquila y en paz. Satisfecha porque, al fin, conseguí justicia; el bastardo está muerto, y eso es lo único que importa.

Treinta años antes.

Me llamo Margot y todos los que me conocen afirmarían que ambición es mi segundo apellido. Acabo de terminar la universidad con las mejores notas de mi curso, he recibido el prestigioso premio Alan Turing, galardón que se otorga a personas que sobresalen en el ámbito de la informática, y hace poco empecé a trabajar en la prometedora empresa Swindler Co. Aunque no llevan mucho tiempo en el mercado, ya se han colocado dentro de las cinco compañías más importantes en la creación y desarrollo de programas de almacenamiento de recuerdos.

Los primeros meses han sido duros, nunca me gustó ser la nueva. Nadie te toma en serio y no hay nada que más odie que sentirme infravalorada. Tengo muchas ideas en la cabeza, y este tiempo sirviendo cafés es un desperdicio. Al menos he intentado aprovechar que todavía soy invisible para recopilar información sobre mis compañeros y superiores; una nunca sabe cuándo va a necesitar saber que la directora del departamento de Géfsi siente una pasión, casi enfermiza, por los Beagle. Figuritas, tazas y hasta camisetas. Cualquier superficie es buena para estampar la fotografía de uno de sus ocho perros, todos de esa raza, por supuesto. Pasar a su despacho es agobiante, pero qué le voy a hacer: yo soy más de gatos.

Por suerte, mi situación de novata ha cambiado en poco tiempo. En algo menos de seis meses he ascendido varios puestos en la empresa; he pasado de ser la chica nueva, hacedora de cafés y fotocopias, a ayudante en pequeños proyectos. Mi futuro es bastante prometedor. Aunque estoy en el área de programación básica, ya he colaborado con los siete departamentos especiales: Órasi, se encargan de desarrollar los diferentes softwares que procesan y almacenan los recuerdos relacionados con el sentido de la vista; Afí, los del tacto; Géfsi, encargados del gusto; Ósfrisi, desarrollan los programas que tienen que ver con el olfato; Akoí, del oído; Synaisthima, los responsables del departamento que maneja las emociones y Sképsi, los que intentan crear un programa que sea capaz de guardar los pensamientos, de momento sin mucho éxito.

Desde que nos implantaron los nuevos microchips y somos capaces de recordar todo aquello que leemos, la sociedad ha cambiado enormemente; la gente con buena memoria ha perdido su ventaja. Ahora se valoran otras cosas, como saber solucionar problemas, ser habilidoso con las manos o tener talento para la programación. Y aunque está mal que yo lo diga, tengo una facilidad portentosa para todas ellas.

—¿Dices que el viernes viste a Margot cenando con el subdirector de Sképsi?

—Sí, y parecían muy acaramelados.

—Yo la vi el sábado con la ayudante de Afí.

—Vaya una guarra.

Esas son las conversaciones más escuchadas en la empresa tras el fin de semana. No me importa lo que piensen de mí, al fin y al cabo, nadie especificó en qué ámbito se debía ser bueno con las manos. Y si es lo que necesito hacer para ascender… a nadie le sienta mal un revolcón, sobre todo si es sin compromiso. Al menos eso era lo que pensaba hasta hace unos minutos, tras despertarme por segundo día consecutivo al lado de Maximiliam Swindler, el jefe de la empresa.

Siempre me pareció un hombre muy atractivo; bien entrado en la treintena, con algunas canas que le dan un toque de lo más sexy y una sonrisa provocativa. Me tuvo en el primer guiño y me enamoré de él en el tercer orgasmo. Aunque lleva casado más de seis años nadie sabe mucho sobre su mujer, solo que viene de una familia muy adinerada. Se cree que fue un matrimonio por conveniencia, pero nadie habla al respecto, de eso, de que no tengan descendencia, ni de sus escarceos amorosos; todos queremos mantener nuestro trabajo.

—¿Qué hora es? —pregunta con voz ronca, desperezándose.

La sábana solo le cubre hasta la cintura, y no puedo evitar perderme en las definidas líneas de su pecho. ¡Sagrados arduinos! ¿Cómo se puede tener un cuerpo tan increíble?

—Poco más de las siete —contesto, intentando controlar mis ganas de saltar sobre él.

—Perfecto, la reunión es a las diez. Aún tengo tiempo para devorarte —dice seductoramente apretándome con fuerza contra él. Respondo a sus besos con tanto ímpetu que le hago reír—. ¿No tuviste suficiente con la sesión de anoche? —me pregunta mientras baja las manos por mis caderas.

—Nunca tendré suficiente de ti —respondo soltando un largo suspiro de placer cuando se cuela entre mis piernas.

Él también tiene unas dotes innatas con las manos. El octavo, noveno y décimo orgasmo llegan. Cuando acabamos me deja derrengada en la cama.

—No te vistas con algo muy provocativo, no quiero que nadie piense que te ofrezco el puesto por algo más que por tu talento con los ordenadores —dice mientras se levanta de la cama y se viste. Asiento con la cabeza sin poderme mover; el cuerpo entero me tiembla y todavía no soy capaz de coordinar. Me dedica una de sus seductoras sonrisas y me da un beso en la frente antes de marcharse—. No tardes mucho en levantarte o llegarás tarde.

Lo oigo salir de la habitación y cuando la puerta del piso se cierra sonrío como una adolescente.

—Tengo que hacerlo mío —susurro para mí misma.

No importa que esté casado, es un partido demasiado bueno para dejarlo pasar. El mejor amante que he tenido hasta la fecha, con dinero y posición; con él a mi lado puedo llegar a lo más alto. Nos conocemos desde hace muy pocas semanas, y ya ha influenciado en mi vida laboral. Es un hombre de negocios que sabe separar lo personal del trabajo; ha visto más allá de mis atractivos físicos y quiere que forme parte de un ambicioso proyecto que va a poner en marcha hoy mismo.

—No te voy a decir qué es. No tendré ninguna preferencia contigo porque nos acostemos —me dijo hace dos noches, cuando me informó sobre la reunión—. Eso sí, como no hagas bien tu trabajo me veré obligado a castigarte.

—¿Y qué tienes pensado hacer para que me porte bien? —pregunté con voz melosa.

—Creo que unos azotes no te vendrían mal —respondió agarrándome con fuerza del trasero.

—Eso es un doble rasero en toda regla, señor Swindler.

—Culpable —contestó sin una pizca de vergüenza antes de lanzarse sobre mi cuello.

Me pierdo en los recuerdos de las últimas noches con él y llego al trabajo justo cuando la reunión está a punto de comenzar. Me siento en la única silla que queda libre intentando pasar lo más desapercibida posible y evito mirar a Maximiliam, que sonríe de medio lado cuando me ve entrar, aunque no dice nada que delate mi tardanza. Las otras sillas están ocupadas por miembros de los diferentes departamentos. Somos treinta y sus caras de confusión me dicen que ninguno de ellos sabe qué hacemos aquí. Maximiliam carraspea para llamar nuestra atención, se levanta y, abotonándose la chaqueta del traje, comienza a hablar:

—Llevo trabajando desde hace tantos meses en este proyecto que casi no me creo que vayamos a ponerlo en marcha. —Enciende el proyector holográfico y nos mira, entusiasmado, con una sonrisa en el rostro—. Bienvenidos al proyecto «Alfa y Omega».

Sonrío al verlo tan emocionado. Más que el jefe de una importante empresa parece un niño pequeño el día de su cumpleaños.

—Gracias a los avances que han realizado en el departamento de desarrollo hemos logrado crear los primeros ordenadores con tecnología 20G; hay cinco disponibles, y serán los que utilizaremos. —El proyector holográfico comienza a funcionar y Maximiliam va explicando paso a paso en qué consistirá nuestro trabajo—. Los siete departamentos especiales llevan años recabando información sobre el guardado y procesamiento de los sentidos, emociones y pensamientos. Este proyecto utilizará esos datos y creará recuerdos 7D que se almacenarán en un nuevo microchip con tecnología 20G.

Los murmullos de asombro no tardan en llegar. Sin duda es un proyecto muy ambicioso. Ninguna empresa se ha atrevido a ir tan lejos; el almacenaje todavía no es perfecto, en especial con los pensamientos. Si conseguimos ponerlo en marcha revolucionaremos el mercado mundial.

Expone su idea con una pasión y convicción aplastantes. Cuando acaba todos asentimos, entusiasmados por empezar a trabajar. Lo miro sonreír ante los aplausos y, aunque no es nada mío, al menos no de manera oficial, no puedo evitar sentirme orgullosa de él.

—Os he elegido personalmente a vosotros porque considero que tenéis un talento excepcional. Sois la élite de la empresa y estoy seguro de que lograréis cumplir con las expectativas.

Se despide de cada uno de los miembros del nuevo equipo con un apretón de manos. Me quedo rezagada y espero a que todos hayan salido para acercarme a él.

—Gracias por confiar en mí.

—No me las des, te has ganado el puesto con tu trabajo.

—Espero no defraudarte —susurro con timidez.

—No lo harás —responde rozándome la barbilla con cariño durante unos segundos.

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